Esta paciente acude a consulta por dolor en su dedo gordo después de varios meses aguantando y retocándolo por personas no profesionales.
Presentaba un trozo de lámina ungueal clavada hacia el hueso, que al quitar supuró y desprendió pequeños fragmentos de un material duro.
Se le pautó antibiótico y radiografía para ver si había afectación ósea, ya que una osteomielitis es una afectación grave que puede desencadenar en una amputación.